Cultura y memoria desde la historia. Por Hiranio Chávez Rojas y Valentina Chávez Cirano
A 51 años del golpe de Estado civil-militar, creemos pertinente recordar el fértil desarrollo artístico y cultural vivido en la Universidad Técnica del Estado, trayendo al presente una memoria que no puede ser borrada tan fácilmente.
Para ello, recordaremos una particular manifestación de teatro político de la década del ´60 en Chile denominado “Teatro Nuevo Popular”, fundado el año 1968 bajo el alero de la Central Única de Trabajadores, para luego concretarse en el convenio de colaboración CUT-UTE comandado por Enrique Kirberg.
Una de las particularidades del Teatro Nuevo Popular que tuvo lugar a fines de la década del ´60, estaría dada por la heterogeneidad social y cultural de sus participantes, quienes representaban los distintos movimientos sociales que buscaban transformar políticamente el país. Así, actores, actrices, dramaturgos/as, obreros y campesinos/as convivieron y compartieron procesos de creación y producción teatral, poniendo en escena sus problemas
Para dar cuenta de la especificidad de este fenómeno teatral surgido tras un histórico convenio, resulta imperativo situarnos y comprender en concreto el contexto social, cultural y político de las convulsas y utópicas décadas del ´60 y ´70 en Chile, América Latina y el mundo. En términos globales, la Guerra Fría como paradigma epocal determinó el acontecer político- económico y cultural, dividiendo los territorios a partir de la disputa entre comunismo y capitalismo. _ Asimismo, a nivel latinoamericano la Revolución Cubana acaecida el año 1959 marcó un hito fundamental, erigiéndose como el referente por excelencia de movimientos sociales y políticos de izquierda en todo el territorio. En Chile, durante esta década en el gobierno del presidente democratacristiano Eduardo Frei Montalva, se impulsó la ley de Reforma Agraria que años más tarde se profundiza con el gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular. Otro aspecto relevante en relación al proceso de Reforma Agraria llevado a cabo durante el mandato de Frei, fue la Ley de Sindicalización Campesina promulgada en julio de 1967, formando parte de la Ley de Promoción Popular y Participación Ciudadana, que buscaba fomentar y fortalecer organizaciones sociales y comunitarias como sindicatos, centros de madres, Juntas de vecinos, entre otros, a quienes se les entregaba herramientas para su desarrollo. Esta nueva normativa, aseguraba derechos contractuales, salariales y de seguridad social de trabajadores agrícolas. De esta manera, esta política implicó la consolidación del movimiento campesino como actor social y político del país, lo que trajo como consecuencia un considerable crecimiento de sindicalización campesina. (Memoria Chilena)
INDAP y el programa “Promoción Popular” tuvieron un papel fundamental en la capacitación y concientización de los sectores populares y campesinos, sometidos a una histórica dominación por parte de las oligarquías, para que pudieran participar del proceso de transformaciones sociales, tomando conciencia de su propia condición y las vías para su superación, teniendo en cuenta que el campesinado hasta antes de la Reforma Agraria, vivía en condiciones casi feudales.
INDAP a través del programa Promoción Popular brindó educación social y cultural, además de capacitación técnico-productiva a aquellos/as dirigentes surgidos de cada asentamiento rural, buscando “una efectiva promoción económica y social del grupo campesino” (82), cimentando y preparando el terreno político-social que propulsó el Programa de la Unidad Popular y su espíritu utópico y transformador, en que se buscó darle dignidad y visibilidad a las clases históricamente subalternizadas por el poder de la oligarquía. Fue durante el gobierno de la Unidad Popular personificado en la figura del presidente Salvador Allende, donde se profundizó y radicalizó la Reforma Agraria previamente impulsada por Frei Montalva y su política de “Revolución en Libertad”.
Este proceso de profundización de la Reforma Agraria llevado a cabo por el gobierno popular, se caracterizó no sólo por la cantidad de hectáreas expropiadas para los asentamientos campesinos, sino por la soberanía y poder en relación a la tierra y su trabajo, que el campesinado por primera vez en la historia de Chile había experimentado.
A mediados de 1970 se dio a publicidad un documento que resume los 20 puntos básicos de la Reforma Agraria durante ese gobierno.
Los campesinos, a través de sindicales, cooperativas y de pequeños agricultores, reemplazarán a los representantes organizaciones de los latifundistas en todos los organismos del Estado… (Reiman y Rivas. F, 1971:94)
Otro aspecto crucial que marcó este período, fue el proceso de Reforma universitaria llevado a cabo en 1968, en donde se estableció una nueva estructura de autoridad y poder, permitiendo la participación triestamental de profesionales, estudiantes y los trabajadores de mantención de las sedes en la toma de decisiones de la administración universitaria. Durante este proceso, se destaca el rol fundamental que jugó la figura del Rector de la Universidad Técnica del Estado (UTE) y militante del partido comunista Enrique Kirberg, quien estableció puentes entre la universidad y la sociedad, fortaleciendo y desarrollando una política de extensión universitaria abierta a la comunidad y sus problemas sociales. Los principios políticos e ideológicos del pensamiento de Kirberg referidos al rol que debe cumplir la universidad como entidad pública del Estado, en relación a la sociedad y su transformación, es posible identificarlos en este extracto de discurso en el que da cuenta del nuevo estatuto orgánico de la UTE.
(…) correlacionar y desarrollar la extensión universitaria posibilitando que ella sea un canal de comunicación entre el quehacer académico y de la investigación con la comunidad. Propender a que su acción ayude en la formación de una cultura verdaderamente nacional y popular, incorporando activamente al pueblo a la literatura, el arte y a los medios de comunicación de masas; contribuir a crear una conciencia crítica que ayude en la construcción de una sociedad nueva (Kirberg, 1979:148)
En este discurso es posible apreciar la integración de los diversos sectores populares históricamente segregados por el poder del Estado a la universidad. Su pensamiento y posición política, se manifiesta en uno de los convenios más relevantes de su gestión, vinculando la universidad con la Central Única de Trabajadores (CUT). En el año 1969 se da inicio al llamado convenio CUT-UTE, consolidándose una política universitaria alineada al proyecto político de la Unidad Popular. Según fuentes del Archivo patrimonial Usach, en el año 1968, el rector fue invitado al V Congreso Nacional de la Central Única de Trabajadores, asistiendo a una sesión plenaria en el Teatro Caupolicán, en donde expuso su concepción acerca del rol de la universidad en los procesos de transformación social vivenciados en el país, además de señalar las intenciones de la UTE de abrir sus puertas para el ingreso de trabajadores/as y sus hijos/as. Respecto a la importancia del fortalecimiento de la extensión universitaria como política de acción comprometida, educativa y transformadora, Kirberg en su texto: “Los nuevos profesionales. Educación Universitaria de Trabajadores Chile: UTE, 1968 – 1973”, señala lo siguiente:
Todo el sistema de la Universidad Técnica del Estado destinó, desde su base hasta los niveles superiores, personal y medios que llegaron a todos los sectores con las escuelas de temporada, audiciones radiales, ediciones de libros, revistas, periódicos y carteles; cine, teatro, música, ballet y folclor. Es lo que la Comisión Internacional de la Educación denominó “la ciudad educativa. (Kirberg, 1979:76)
De esta manera, se evidencia la importancia del rol político que tuvo la extensión universitaria bajo el rectorado de Kirberg, quien hizo posible la realización del convenio CUT-UTE, vinculando estudiantes, profesionales, artistas, campesinos/as, trabajadores/as y obreros/as, quienes coexistieron en un mismo espacio, proyecto y frente común.
Respecto a la Central Única de Trabajadores y su relación con el convenio universitario, su entonces presidente, el dirigente comunista Luis Figueroa en un discurso realizado el año 1971, señala la importancia de la educación para los trabajadores, en tanto agentes de cambio social, exponiendo su concepción política sobre el rol de la educación y su vínculo con la realidad nacional y la clase obrera.
(…) la firma de este convenio significa echar las bases de todo un sistema nacional de educación de los trabajadores, enmarcado en la concepción de una educación integral, no parcelada ni discriminatoria, realmente democrática y al servicio de los cambios que se están operando en el país, cambios que deben darse también en el ámbito de la educación y la cultura. (Index. Convenio CUT-UTE, IV, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII; 6)
Teatro Nuevo Popular. 1968-1973
¡Un teatro nuevo! Nuevo como organización, en su relación con el público, temática y tratamiento de las obras. Pero, especialmente nuevo porque existe allí donde no había nada: un teatro de los trabajadores, nacido de su entraña y al servicio de sus causas. Las exigencias sociales de nuestra época aumentan la complejidad de cualquier “teatro nuevo” que se intente crear. (…) El teatro nuevo debe ser popular, pertenecer al pueblo. (Número Uno, 1972:3)
En este contexto político y cultural de la época, en que diversos movimientos sociales, obreros/as, campesinos/as y estudiantes se fueron uniendo como frente común, popular y revolucionario para buscar transformar profundamente la sociedad, se gestó el Teatro Nuevo Popular, surgiendo el año 1968 bajo el alero de la Central Única de Trabajadores, conformado exclusivamente por trabajadores/as, quienes luego de finalizar sus jornadas laborales se dedicaban a la práctica teatral.
A partir de las distintas fuentes consultadas, se interpreta que el Teatro Nuevo Popular, estuvo un año bajo el seno único de la CUT, para luego al año siguiente conformar el ya mencionado convenio CUT-UTE. Las fuentes existentes respecto a esta práctica teatral, se centran fundamentalmente en el trabajo conjunto entre el mundo sindical obrero y el universo universitario comprometido con el proyecto popular de transformación del país y la dignificación e integración de las clases obreras y campesinas. Se podría decir que el Teatro Nuevo Popular, representaría esta alianza estratégica entre dos fuerzas políticas consideradas motores de transformación social, accionando a partir de una visión colaborativa, alineada a su vez al proyecto de la Unidad Popular.
Según el relato de Kirberg publicado en su libro referido a los nuevos profesionales de Chile, a partir de este convenio, este teatro fue conformado por aproximadamente doce actores y actrices, entre quienes figuraban egresadas/os de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, además de obreros/as provenientes de fábricas y asentamientos campesinos. Este “Teatro nuevo” en su sentido utópico, vinculó el mundo teatral profesional universitario, con el contexto obrero denominado comúnmente como “teatro aficionado”.
Este grupo teatral en sus cinco años de existencia alcanzó a presentar tres obras; “La maldición de la palabra”, “Tela de cebolla” y “Círculo de Tiza Caucasiano”. La primera escrita por Manuel Garrido y ganadora del primer premio en un concurso del convenio CUT-UTE, expone las diversas dificultades y esfuerzos que debe sortear un grupo campesino para constituir un sindicato. Al tratarse de una obra de carácter campesino, el grupo de actrices y actores con el objeto de comprender en profundidad los conflictos y la realidad social que vivía el campesinado, se trasladó a vivir a un asentamiento cerca de Melipilla durante aproximadamente un año.
Allí se adaptó y ensayó la obra con la intervención directa de los campesinos quienes otorgaban una asesoría artística espontánea y natural. En 1970 se estrenó en el asentamiento y luego en el teatro de la Escuela de Artes y Oficios. Posteriormente se hicieron varias giras con esa obra por diversas regiones del país. Estas giras tuvieron resonante éxito. Al final del espectáculo se realizaba una discusión abierta de la obra y de los problemas del agro, del alcoholismo, del machismo (…). (Kirberg, 1979:148)
Una de las características del Teatro Nuevo Popular se funda en el interés por el conocimiento profundo de las culturas populares y campesinas locales del país desconocidas hasta ese momento, utilizando como práctica metodológica la inmersión en las comunidades seleccionadas como “objeto” de creación de sus obras, conociendo y vivenciando sus problemáticas etnográficamente desde dentro, para después ponerlas en escena, además de promover su participación activa. Esto cumplió un rol fundamental en el proceso creativo, como se observa en un archivo de prensa del diario El Siglo del año 1971.
El TNP ha enfrentado este trabajo no sólo en estrecho contacto con el autor, sino también con los campesinos de un asentamiento con que han hecho aportes críticos y propuesto el contenido de una escena completa: la de formación del Sindicato. TNP ha incorporado a través de ensayos abiertos a público con el cual busca estrechar contactos que le permitan desarrollarse como un conjunto teatral de nuevo tipo, realmente comprometido con el público trabajador. (El Siglo, 1971.Biblioteca Nacional)
La participación no sólo estaría dada por el nivel de involucramiento de los actores y actrices del TNP en las comunidades a quienes se buscó retratar en las obras, sino también por el espacio de opinión crítica que éstas tienen respecto a las creaciones. Las y los mismos campesinos/as y obreros/as a quienes representaban en obras como “La maldición de la palabra”, intervenían en forma directa, produciéndose una retroalimentación entre actores y sujetos referenciados. Así también, en términos generales los contenidos de sus obras, aludían a los diversos conflictos, dramas y problemáticas suscitadas en los asentamientos campesinos y en los sindicatos obreros, teatralizando problemas particulares hasta llegar al conflicto social colectivo, como lo destaca la crítica de un estreno publicada en El Siglo.
Progresivamente y partiendo siempre de los casos individuales se va desarrollando el conflicto social colectivo: el enfrentamiento de los campesinos con el sistema latifundista, representado por un contador-patrón- que consecuentemente conduce a la toma de conciencia que finalmente los llevará a la constitución del Sindicato: primera arma organizativa imprescindible para que tal enfrentamiento sea consecuentemente dirigido. (El Siglo, 1971. Biblioteca Nacional)
Bajo esta misma lógica de creación y producción de obras, el segundo montaje “Tela de Cebolla” escrito por Gloria Cordero, ganadora del siguiente concurso de la CUT, y que trata sobre las condiciones laborales de la conocida fábrica textil “Yarur”, se creó a partir de un proceso de observación e investigación por parte de las y los actores en dicha fábrica. Con el objeto de comprender la cultura laboral que se vivía en su interior, Cordero dirigió a su elenco para que estuviera casi seis meses trabajando en las faenas junto al resto de trabajadores/as, siguiendo la misma lógica metodológica inmersiva.
A propósito de esta obra se dictaron cursos de dramaturgia a obreros, quienes tenían permisos pagados por el sindicato para estudiar teatro y poder ensayar las obras, siendo esta posibilidad precisamente una de las acciones fundadas por el convenio CUT-UTE, enlazando la extensión universitaria al sindicato obrero. (Archivo Patrimonial Usach)
Las tres obras que alcanzó a crear el Teatro Nuevo Popular, fueron presentadas a lo largo de todo Chile y en distintos escenarios y contextos de acuerdo a sus contenidos, como es el caso de la recién mencionada “Tela de Cebolla” montada en el Sindicato Industrial Ex Yarur. Según un relato de Kirberg, con el objeto de promover un mayor conocimiento y comprensión mutua entre campesinos y obreros-como una suerte de empatía entre clases-, se impulsó el intercambio de obras de carácter obrero, presentándose en distintos asentamientos campesinos y viceversa, buscando una comprensión mutua entre oprimidos/as.
Dicha agrupación realizó un total de 37 presentaciones, en una gira por 3 regiones del país, “para luego llevar el arte escénico a los centros de reforma agraria, asentamientos e industrias de la Región Metropolitana” (Luis Corvalán, El gobierno de Salvador Allende) (Archivo Patrimonial Usach).
El Teatro Nuevo Popular tenía como principio constituir un espacio para que la clase trabajadora se expresara teatralmente, construyendo y reconstruyendo la escena a partir de las observaciones de los mismos/as trabajadores/as, siendo la visión y experiencia de la clase obrera y campesina, la voz protagonista de las obras teatrales creadas de modo participativo, en donde no sólo se representaban contenidos referentes a la lucha social, sino que ponían en escena sus propias experiencias encarnadas a través de la ficción, hilvanando en un mismo espacio social, los roles y las realidades entrelazadas en un escenario-realidad.
La mirada de futuro y transformación de una sociedad, de un país con extremas inequidades, lleva a crear una concepción de desarrollo en lo social, artístico y cultural a académicos como don Enrique Kirberg, vinculando la universidad, el más alto centro de investigación, creación y educación, con el fortalecimiento, apoyo y facilitación de todas las herramientas que dispone la casa de estudios, al servicio de la clase trabajadora, ausente de posibilidades para su formación y especialización necesarias, para crear desde la base una sociedad más justa, solidaria y educada, permitiendo transitar con los principios de un gobierno revolucionario, dispuesto y comprometido con las medidas del presidente Salvador Allende Gosens. El Rector Kirberg con su mirada de horizonte socialista, colocó a la universidad no sólo en los edificios, sino que aplicó nuevas metodologías en la relación profesional académica, con los trabajadores/as, obreros/as y campesinos/as de nuestro país, en sus propios centros de trabajo.
Artistas, estudiantes y profesores, salen a compartir dialógicamente conocimientos con el mundo popular, quienes adquirieron herramientas en diferentes frentes de educación técnica y política, que les permitiera conducir sus fuentes de trabajo. El gobierno de los trabajadores, se hacía y podía ser real con intelectuales preclaros, como el caso de la Universidad Técnica del Estado, encabezada por su máxima autoridad, al conectar la Academia con la sociedad civil. Por otro lado, los estudiantes participaban en trabajos voluntarios bajo esa enorme experiencia aprendida y asimilada, surgiendo además, los talleres teatrales, los conjuntos folclóricos, el ballet, grupos musicales, lo que permitió una valoración de la identidad.
Es la herencia de Recabarren, Elías Lafertte, Aguirre Cerda y tantos otros luchadores que buscaron educando desde el propio universo cultural, las necesarias transformaciones en bien del pueblo trabajador y la sociedad toda. Pero, hoy a 51 años del quebrantamiento democrático en esa universidad en que su Rector, académicos, profesores, funcionarios estudiantes y artistas comprometidos con ese proceso, sufrieron las dolorosas consecuencias que atentaron a los derechos humanos, borrando de una ráfaga, incluso su nombre de Universidad Técnica del Estado, por Universidad de Santiago, la que palideció los principios creados y desarrollados en esos icónicos años de poder popular.
Aunque exista por decreto la “Vinculación con el medio”, sólo queda en el medio del escritorio y el sillón, porque el chorreo o goteo, se secó en el intento.
Referencias
Archivo Patrimonial Usach. https://archivopatrimonial.usach.cl/grafica/?page_id=24
[Artículo] La maldición de la palabra: Estreno del Teatro Nuevo Popular. El Siglo (diario: Santiago, Chile). 1971. Archivo de Referencias Críticas. Disponible en Biblioteca Nacional Digital de Chile http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/bnd/628/w3-article-278592.html . Accedido en 15-04-2021.Faiguenbaum Sergio. (2017) Toda una vida. Historia de INDAP y los campesinos (1962-2017). Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Imprenta: Gonsa S.A.
Kirberg Baltiansky Enrique. (1979) Los Nuevos Profesionales Educación Universitaria de Trabajadores Chile: UTE, 1968 – 1973.
Reiman Elisabeth y Rivas Fernando. (1971) La Lucha por la tierra. Empresa Editora Nacional Quimantú LTDA.
Talleres de la cultura. Número Uno. Diciembre 1972. Publicación de la Secretaría Nacional de Extensión y Comunicaciones de la Universidad Técnica del Estado-Chile. Impresión: Taller gráfico UTE.
Autores:
Hiranio Chávez Rojas. Musicólogo/ Coreógrafo
Valentina Chávez Cirano. Antropóloga Social